La industria de seguros se basa fundamentalmente en la toma de decisiones bajo incertidumbre. Los mediadores de seguros trabajan diariamente con clientes que deben evaluar riesgos futuros, considerar probabilidades y tomar decisiones financieras que afectarán su seguridad a largo plazo. Sin embargo, estas decisiones rara vez se toman siguiendo un análisis puramente racional.