El seguro juega un papel protagonista en los sepelios en España. El pasado año, el sector se hizo cargo del entierro de 243.000 personas. Es decir, el 60% de los fallecidos en el país. Esta es una de las conclusiones que se desprenden del Informe Estamos Seguros 2016 elaborado por UNESPA.
La inmensa mayoría de las inhumaciones (165.000) se produjeron en la misma localidad donde ocurrió el fallecimiento. En 78.000 casos, un 32% del total, fue preciso trasladar el cadáver de una población a otra dentro del territorio nacional. Asimismo, hubo 715 personas que fallecieron en el extranjero y cuyos cuerpos fueron repatriados.
El seguro de decesos es, tras el de automóviles, el ramo con mayor capilaridad en España. No en vano, 21 millones de personas de los 46,5 millones de residentes en el país están protegidas por una de estas pólizas, de acuerdo con datos recabados por ICEA.
Representan el 44,5% de la población. Como en el mercado hay 8 millones de pólizas, existe una media de 2,6 asegurados por contrato. Este dato refrenda el carácter familiar de este producto.
La implantación del seguro de decesos es particularmente destacada en Extremadura, donde el 70,2% de la gente se encuentra cubierta. Le siguen por relevancia Asturias (64,1%) y Andalucía (60,5%). Pero incluso en las regiones donde el seguro de decesos tiene un peso comparativamente bajo, su presencia sigue siendo perceptible. Es el caso de Baleares (22%), Navarra (23,2%) y La Rioja (29%). Se da la circunstancia, además, de que estas comunidades autónomas son las que presentan algunas de las tasas de crecimiento en la contratación más elevadas en el último año.
Los índices de suscripción más altos de este producto se dan pasados los 45 años y, muy especialmente, en la vejez. No obstante, el seguro de decesos también está bastante presente entre los niños y la gente joven. Las tasas de aseguramiento entre las cohortes de población menores de 30 años oscilan entre el 20% y el 40%, aproximadamente.
Cabe recordar que el sector asegurador indemnizó 49.996 defunciones en 2016, con una compensación media por óbito fue de 34.427 euros.