Recientemente El Economista recogía algunas cifras de la digitalización en España basándose en el Informe Bankia Índicex, realizado basándose en los datos obtenidos de los informes de más de 7.000 empresas nacionales que han utilizado el servicio de bankiaindicex.com, donde decía que el 80% de las pymes se encuentra inmerso en un proceso de transformación digital.
Parece una cifra muy relevante, y lo es, sobre todo si tenemos en cuenta las palabras de Julio Linares, Presidente de la Comisión de Sociedad Digital de la CEOE, cuando afirmaba en un artículo publicado en Expansión - https://www.ceoe.es/blog/plan-digital-2020-un-gran-proyecto-de-futuro/ - que “la digitalización es el proceso transformador transversal más relevante del momento actual, siendo imparable, irreversible y afectándonos a todos sin excepción.”
Por ello, en la CEOE se ha desarrollado el llamado Plan Digital 2025 (https://www.ceoe.es/es/informes/i-d-i/plan-digital-2025-la-digitalizacion-de-la-sociedad-espanola) :
“Hay que llevar a cabo una apuesta decidida por la Digitalización. Las tecnologías digitales constituyen el principal motor de transformación social y económica. Para las empresas, la aceleración del desarrollo digital provocará una disrupción notable que se dejará sentir en los modelos de negocio y en su nivel de competitividad. Según el “Plan para la digitalización de la sociedad española (Plan Digital 2025)” elaborado por CEOE, el PIB en el año 2025 sería un 3,2% mayor si se avanzara más del 10% en digitalización. Por el lado del empleo, éste sería un 1,3% mayor en el año 2025 (250 mil empleos adicionales) respecto al escenario de ausencia de mayores avances en la digitalización.”
Es factible que el 25% de la economía global sea digital en 2025. Un estudio elaborado por la Comisión Europea asegura que las pequeñas empresas que se han transformado digitalmente han visto como su producción crecía un 10% de media. Este crecimiento quizá no sea extrapolable a todos los sectores ni a todos los modelos de negocio, pero sin duda afectará a la inmensa mayoría.
La digitalización, entendida como proceso que puede permitir ahorrar costes a las pymes españolas en muchos procesos, también puede aportar otras ventajas como la ampliación del número de clientes potenciales y oportunidades de negocio, el crecimiento del volumen de negocio que esto supondría, e incluso la especialización en nuevos nichos de mercado que la adopción de nuevas estrategias pueda revelar.
No obstante, la pyme debe vencer algunos obstáculos antes de alcanzar el descubrimiento de la tierra prometida digital.
Posiblemente el presupuesto sea el principal problema para convertirse en una organización completamente digital. Aspectos como la escasez de tiempo para implementar lo necesario y adaptarse suelen ser otros de los impedimentos. También la falta de tecnologías sofisticadas y un conocimiento y experiencia personal insuficientes son considerados como otros obstáculos relevantes a la hora de llevar a cabo la digitalización de una pyme.
También hay otras, como el desconocimiento. Para los negocios que nacieron en el siglo pasado, enfrentarse a conexiones en remoto, la necesidad de mantener conversaciones online en redes sociales y web o la exigencia de respuestas inmediatas ha supuesto, además de una readaptación tecnológica, una mentalización personal.
¿Qué se puede hacer frente a estos factores en contra? El recurso clave es la formación.
Formación para mejorar las habilidades y capacidades digitales, formación para adquirir el conocimiento necesario para sentirse seguro ante los cambios, y formación para poder mantener la apuesta de la transformación hasta el final.
Si no estamos ya inmersos en esta tarea es muy necesario que comencemos a trabajar en las cuestiones básicas: ¿Dónde estamos? ¿Dónde queremos estar? ¿Qué recursos tenemos para llegar? ¿Cómo lo vamos a financiar? y ¿Qué conseguiremos a cambio?
Recordando “Alicia en el país de las maravillas” surge una frase clave en cualquier momento de evolución y compromiso: “Cuando no sabes a dónde vas cualquier camino es bueno”, sin embargo, para acometer la digitalización siempre hay caminos mejores.
Las respuestas, las herramientas, las decisiones y los desafíos aguardan justo delante de nuestro trabajo y esfuerzo personal y empresarial. Como siempre. Como no podía ser de otra forma.